sábado, 25 de abril de 2015

Confederacion Granadina 1857-1863

La Confederación Granadina es parte de una serie de reformas que comenzaron a mediados del siglo XIX en toda Hispanoamérica, y que tenían por propósito romper de forma definitiva con cualquier rezago del sistema colonial.1 En el caso de lo que hoy es Colombia y Panamá, esta trasformación se vivió a través de un paulatino proceso de cambio en el modelo político, económico y social imperante desde el periodo de las independencias. Los cambios al orden establecido despertaron profundas contradicciones al interior de la sociedad, que se expresaron en dos guerras civiles en 1851 y 1860, más un golpe militar en 1854. La primera de estas conflagraciones estuvo relacionada con el papel de la Iglesia en la sociedad, mientras que la segunda y el golpe de Estado de Tomas Cipriano de Mosquera se vinculan a las tensiones producidas por la profundización del sistema federal, entre la soberanía nacional y los poderes regionales. En este sentido, la Confederación Granadina se destaca porque su efímera existencia dio cuenta tanto de las trasformaciones políticas, como de la resistencia que esto generó en algunos sectores de la sociedad, que aun siendo parte de la idea de un modelo de República federal,3 consideraban que la existencia de un gobierno general fuerte era necesaria para mantener el orden después de las guerra del 1851. Estas contradicciones, sumadas a las tensiones que existían en torno a la separación Iglesia-Estado como parte del ideario liberal que se imponían en el momento, fueron procesos que llevaron al levantamiento de los seguidores del General Mosquera y el radicalismo liberal en 1860-1863, como evento central de este periodo Confederado de la historia de Colombia y Panamá. CONSTITUCION DE 1858: La constitución de 1858,10 por la que se llamó al país la Confederación Granadina, fue en términos prácticos el resultado de la creación de los Estados soberanos de Panamá, Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Tolima y Magdalena, como una realidad que no había sido contemplada por la constitución de 1853. En este sentido, el ejercicio constituyente encabezado por Mariano Ospina Rodríguez únicamente llegó a reconfirmar una realidad que ya era de hecho desde 1855, y que daría forma al federalismo, que en términos prácticos era ya un consenso entre la mayoría de los miembros de la élite nacional y provincial.3 De esta forma, debido a su particular formación, el primer elemento que se hace evidente es que la Constitución de 1858 antes que ser un ejercicio real de organización política de la sociedad, fue ante todo un producto de la necesidad de establecer conexiones entre el conjunto de normas que dieron forma a Estados independientes y soberanos, evitando la aparición de tendencias secesionistas al interior del país. Siendo así que la constitución reconoció formalmente la supremacía de lo provincial sobre lo nacional, dándole la facultad a las Asambleas estatales y a los gobernadores de manejar sus asuntos con amplia libertad.11 Elementos como la libertad en el comercio de armas, la determinación de la ley electoral, el nombramiento de los funcionarios y la organización de la educación, fueron funciones delegadas en su totalidad a los gobiernos regionales. En lo que se refiere a las atribuciones del gobierno federal, cuyo periodo en el caso del Congreso era de 4 años y del Presidente de solo 2, la constitución de 1858 le permitía al Ejecutivo federal únicamente el manejo de las relaciones exteriores, la organización de las instituciones de la confederación y lo correspondiente a determinar los elementos generales de la legislación federal.11 Se abolió la Vicepresidencia y se reemplazó con un designado nombrado por el Congreso. Gracias a estas disposiciones constitucionales se hace evidente que el poder del gobierno federal era muy limitado, y respondía en esencia a la conservación de la unión entre Estados prácticamente independientes, que de otro modo difícilmente habrían continuado siendo parte de la organización política ahora confederada. Este apego absoluto a la soberanía provincial y al no intervencionismo del gobierno federal, fue el elemento que inspiró el levantamiento en 1860, después de que el Presidente Ospina Rodríguez tratara de recuperar varios de los poderes tradicionales de la primera magistratura, a través de una serie de leyes que en 1859 modificaban de manera sustancial el orden constitucional. La guerra de 1860 a 1863 Desde la perspectiva de María Teresa Hincapié y Liliana López, la guerra de 1860 a 1863 fue un conflicto guiado por una competencia entre diferentes burocracias, la nacional y las provinciales, que buscaban establecer las formas de dominación que darían base a la República.2 En este sentido, Hincapié y López proponen que el enfrentamiento se dio entre un gobierno federal que entendía como una necesidad establecer una forma de dominación directa, resumida en las reformas del 59, que proveyera al gobierno central de las herramientas para actuar sobre sus contrapartes regionales. Por otro lado, los gobiernos provinciales buscaban mantener su lugar como intermediarios entre el gobierno central y la sociedad, bajo el principio de un espacio de control local que les era propio y base de su autoridad. Hincapié y López definen entonces la guerra en tres etapas. La primera, desde 1847 hasta 1859, se basó en procesos descentralizados que se dieron en varios de los estados soberanos (Magdalena, Santander, Bolívar y Cauca), con propósitos partidistas, por el control de los gobiernos locales.2 La segunda etapa, de 1858 a 1861, se centra en el levantamiento de Tomás Cipriano de Mosquera, por lo que él creía era una violación de la constitución de 1858 en las leyes de 1859. Esta etapa termina con la victoria de los gobiernos liberales y el caudillo en 1861, y la proclamación de un gobierno provisional con el general Mosquera a la cabeza.2 El tercer momento es ubicado por las autoras desde 1861 hasta la expedición de la Constitución de Rionegro en 1863, en la que se presentaba una itinerante resistencia conservadora al gobierno de Mosquera, que para este momento había reanudado sus hostilidades hacia la iglesia católica, por lo que pensaba era la necesidad de afianzar la soberanía externa del país frente a poderes desestabilizadores externos como los del Vaticano. Hay que recalcar, y así lo hacen las autoras, que la revuelta de 1860 fue tanto un evento armado como un lucha jurídica, así como una competencia discursiva, donde los liberales, y en especial Mosquera, entendían que su lucha estaba legitimada en la defensa del orden constitucional federal (basado en principio en el federalismo, como proyecto de no intervencionismo del gobierno central en los asuntos propios de los estados soberanos) que había sido quebrantado de forma ilegal por el presidente Ospina Rodríguez

La Nueva Granada 1830-1857

La República de la Nueva Granada fue una república centralista, conformada por los antiguos departamentos centrales de la Gran Colombia tras su disolución en 1830. Su territorio abarcaba los actuales países de Colombia, Panamá y en su momento de máxima extensión, se llegó a disputar con la República Federal de Centro América y con Gran Bretaña, la soberanía sobre la Costa de los Mosquitos, hoy en Nicaragua. LA CONSTITUCION DE 1832 El 20 de octubre de 1831 se realizó una Convención Granadina en donde se aprobó la separación y en la cual se estableció una república centralizada y presidencialista llamada transitoriamente Estado de la Nueva Granada hasta la promulgación de una nueva constitución. El 17 de noviembre de 1831 se promulgó la Ley Fundamental, pero se siguió trabajando en ella durante 1832.1 Francisco de Paula Santander fue nombrado presidente por el congreso por un período de cuatro años, en tanto el período de los senadores se redujo de ocho a cuatro años y el de los representantes de cuatro a dos años. Se otorgó mayor representación y poder a las provincias. Las provincias se llamaron departamentos y se indicó que debían ser administradas por un gobernador nombrado por el presidente y por asambleas elegidas por voto. En este periodo los centralistas y los eclesiásticos empezaron a distinguirse con el nombre de conservadores y sus oponentes los federalistas, con el nombre de liberales. El 29 de febrero de 1832 la Convención Nacional, conformada por los representantes de las provincias de Antioquia, Barbacoas, Bogotá, Cartagena, Mompós, Neiva, Pamplona, Panamá, Pasto, Popayán, Socorro, Tunja, Vélez y Veraguas, sancionaron una nueva constitución por medio de la cual el país se denominó oficialmente República de la Nueva Granada a partir del 1 de marzo de dicho año. GEOGRAFIA De acuerdo con la constitución:16 Los límites del territorio de la República fueron los mismos que, en el año de 1810, dividían el territorio del Virreinato de la Nueva Granada del de las Capitanías generales de Venezuela y Guatemala, y del de las posesiones Portuguesas del Brasil; y los que, por el tratado aprobado por el Congreso de la Nueva Granada en 30 de mayo de 1833, lo dividen del de la República del Ecuador. ECONOMIA: La economía de La República de la Nueva Granada, se basó en la comercialización de productos agrarios, provenientes de diferentes partes del país, además de la apertura de los puertos a potencias extranjeras diferentes a España, lo que ocasionó tratos desiguales, con la naciente República Hispánica. Como el resto de Hispanoamérica, la economía de la Nueva Granada durante la Colonia se centró en la minería y la agricultura. El excesivo control de la metrópoli sobre todos los ámbitos de la producción y el recaudo de impuestos, llevaron a que la economía fuera poco dinámica. Los españoles tenían el monopolio sobre la explotación minera, al servicio de las arcas de la península, hacia donde partían la mayoría de los metales. A su vez, la Corona tenía el monopolio en el comercio de productos manufacturados hacia las colonias. Por su parte, la producción agrícola era bastante rudimentaria y se centraba en satisfacer las necesidades internas. DEMOGRAFIA Según el censo de 1851, la población total del país era de 2.240.054 habitantes, de los cuales 1.086.705 eran hombres y 1.153.349 mujeres. De entre todas las Provincias, las más habitadas eran la de Bogotá, Tunja, Socorro y Tundama. FIN DE LA REPUBLICA Durante los años 1848 y 1849 finalmente se acuñaron los nombres de los partidos tradicionales, Liberal y Conservador, sus diferencias ideológicas tomaron cuerpo y se fue dejando atrás el énfasis en personalismos. A partir de 1849, durante el gobierno del general José Hilario López el país tuvo una transformación política y económica fuerte ya que empezó a reemplazarse la estructura colonial por la del capitalismo. La lucha ideológica, política y militar en todo el territorio para definir el destino del país radicalizó sectores y regiones. Se creó el ambiente propicio para el surgimiento (1849) y configuración definitiva de los partidos históricos colombianos: el Liberal (Ezequiel Rojas) y el Conservador (Mariano Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro). La República de Nueva Granada se convirtió en Confederación Granadina al aprobarse la Constitución de 1858, con lo cual se inicia la etapa federalista. En 1863 adoptó el nombre de Estados Unidos de Colombia.